Mañana, 22 de abril, la Fortaleza del Real Felipe, testigo mudo de siglos de historia y baluarte defensivo fundamental del Virreinato y la República del Perú, será el escenario donde se desarrollará la ceremonia central conmemorativa de los 168 años de la elevación del Callao a la categoría de Provincia Constitucional.
Este evento, que congregará a autoridades de los distintos niveles de gobierno –nacional, regional, provincial y distrital–, así como representantes castrenses, religiosos y la ciudadanía en general, reviste una particular importancia histórica y cívica para el primer puerto del Perú.
El acto protocolar, será presidido por el Gobernador Regional del Callao, Dr. Ciro Castillo Rojo Salas, incluirá el tradicional izamiento de banderas, una misa y Te Deum en acción de gracias, y una sesión solemne. Estas actividades buscan rememorar el hito histórico ocurrido el 22 de abril de 1857, fecha en la cual, bajo la presidencia del Mariscal Ramón Castilla, se otorgó al Callao el singular título de Provincia Constitucional.
La designación como Provincia Constitucional no fue un mero cambio administrativo, sino un reconocimiento político y jurídico de gran calado en el contexto del Estado peruano naciente. Este estatus especial implicaba, entre otras particularidades, una mayor autonomía en la gestión de sus asuntos internos, diferenciándola de las provincias "litorales" o "fluviales" contempladas en la organización territorial de la época. La base legal de esta distinción se encuentra en la Constitución Política del Perú de 1856, promovida precisamente durante el segundo gobierno de Ramón Castilla, un periodo caracterizado por reformas liberales y la consolidación del Estado peruano tras años de caudillismo y conflictos internos.
El lema otorgado, "Fiel y generosa ciudad del Callao, asilo de leyes y la libertad", encapsula el espíritu y el mérito que, según la narrativa oficial, justificaron esta elevación. Este reconocimiento tuvo su génesis en los sucesos acontecidos el día previo, el 21 de abril de 1857. En un contexto de efervescencia política y pugnas por el poder, un grupo de ciudadanos chalacos protagonizó una defensa decisiva contra fuerzas insurgentes que buscaban subvertir el orden constitucional establecido por el gobierno de Castilla. Aunque las fuentes históricas varían en la identificación precisa de los líderes y la composición de estas fuerzas "insurgentes" (generalmente vinculadas a facciones conservadoras o a levantamientos regionales de la época), el hecho central es la resistencia opuesta por la población civil del Callao, que, actuando en concertación con las autoridades leales, repelió el ataque.

La defensa del 21 de abril fue interpretada por el gobierno de Castilla como una muestra inequívoca de la adhesión del Callao al orden constitucional, a las leyes y a la libertad, entendida esta última en el marco del proyecto político liberal que impulsaba el mariscal. El "heroísmo" de los chalacos, al interponerse y frustrar el avance de las fuerzas rebeldes, fue fundamental para la estabilidad del régimen y para la consolidación del marco legal vigente. Este acto de resistencia civil le valió al Callao ser considerado "asilo de leyes y la libertad" y justificó la concesión de un estatus político-administrativo diferenciado.
Históricamente, el Callao ha desempeñado un rol preponderante desde los tiempos virreinales. Fundado oficialmente en 1537, su puerto se convirtió rápidamente en el principal eje de conexión marítima del Virreinato del Perú con la metrópoli española y otras colonias americanas. Su estratégica posición geográfica lo convirtió en un punto neurálgico para el comercio, pero también lo expuso a constantes amenazas de corsarios, piratas y potencias extranjeras rivales de España. Esta vulnerabilidad motivó la construcción de imponentes obras defensivas, siendo la Fortaleza del Real Felipe, erigida a partir de 1747 tras el devastador terremoto y maremoto de 1746, el culmen de estos esfuerzos. Diseñada por los arquitectos Louis Godin y Joseph Forfait, la fortaleza se convirtió en la obra de ingeniería militar más importante de su tipo en América del Sur, demostrando la importancia estratégica que la Corona Española asignaba al puerto.
Tras la independencia, el Callao continuó siendo el principal puerto de la República, esencial para su economía y su defensa. Fue escenario de importantes eventos militares, como el Sitio del Callao (1824-1826), la última resistencia realista en América del Sur, y el Combate del 2 de Mayo de 1866, donde las defensas del puerto, incluyendo la propia Fortaleza del Real Felipe, jugaron un papel crucial en la defensa de la soberanía peruana frente a la escuadra española. La memoria de estos combates y la constante necesidad de defender su puerto y su identidad han forjado un carácter particular en la población chalaca, imbuido de un fuerte sentido de pertenencia y resiliencia.
La ceremonia conmemorativa del 22 de abril, que se desarrollará entre las 8 y las 11 a.m., no solo recuerda el acto administrativo de 1857, sino que también evoca esta larga y compleja historia de defensa, comercio y desarrollo. La presencia de la Sinfónica Regional, que interpretará el Himno del Callao y un mix musical, añade una dimensión cultural a la conmemoración, resaltando la identidad regional. La participación de diversas autoridades y organizaciones sociales subraya la importancia que este evento tiene para la cohesión social y política del primer puerto, reafirmando el legado de la "Fiel y generosa ciudad del Callao, asilo de leyes y la libertad" en el contexto del Perú contemporáneo.