El lago Chinchaycocha, ubicado en la Reserva Nacional de Junín, entre Pasco y Junín, resiste una gran presión debido a la presencia de numerosos factores contaminantes, la mayoría de ellos relacionados a la minería que ha operado en la región Pasco. Las comunidades campesinas cercanas al lago soportan así, las consecuencias de la contaminación de las aguas, pastizales y subsecuente muerte de sus animales, su única fuente de ingresos económicos al ser una zona netamente ganadera.

Por: Yoselin Alfaro

Una vaca con la panza hinchada y los ojos cristalizados agoniza entre los pastizales a unos metros de la vivienda de Gliceria Anco Alderete, en la comunidad campesina de Mamacoto, distrito Huayre, en Junín. Aquel animal era una de las seis últimas cabezas de ganado que le quedaban de las más de treinta que tuvo hace un año. El día anterior se le murieron tres corderos, y la tragedia parece acechar constantemente su casa, en donde sus animales son las víctimas seguras. El pasto en esta zona está cubierto de un manto blanco y el agua que lo inunda es de un color amarillo rojizo.

La única fuente de ingreso económico de Gliceria es la crianza de ganado ovino y vacuno, pero este se ha reducido considerablemente debido a la muerte de sus animales a causa de una enfermedad que desconoce, que empieza cuando digieren los pastos o beben el agua, y hace que se hinchen o adelgacen en exceso. Empiezan a correr sin rumbo como si hubieran perdido la razón y orinan sangre.

Después de varios minutos de agonía una más de las vacas de Gliceria Anco muere.

Huayre, Carhuamayo, Conocc, San Pedro de Pari, Cochamarca, Matacancha, San Juan de Ondores, Santa Clara de Chuiroc y Villa Junín, en el departamento de Junín, así como de Vicco y Ninacaca, en el departamento de Pasco, son las once comunidades campesinas que rodean el lago Chinchaycocha.

Tras el recojo de testimonios en campo, de estudios científicos y el análisis geográfico realizado para esta investigación de diversas capas de información, esta investigación da cuenta de los efectos que sufren las comunidades por agentes contaminantes y factores de riesgo, en su mayoría de origen minero e hidroeléctrico, que amenazan su subsistencia.

En la comunidad campesina de Chaquineo, en el distrito de Vicco, en Pasco, se desbordó el río San Juan, cuenca que alimenta al lago Chinchaycocha. Las aguas contaminadas que recibe con los relaves del río Ragra arrasaron, en enero y febrero de este año, los pastizales de Alicia Espinoza Chagua, quien se dedica a la ganadería. Desde entonces, cuenta Alicia, el pasto no ha vuelto a crecer y los cincuenta animales que tuvieron la mala suerte de comer lo que restaba, murieron. Todo lo que antes era pasto ahora está cubierto por agua amarilla, cargada de residuos sólidos y animales muertos, que emite un hedor indescriptible y provoca dolores de cabeza.

Desde que nació hace 38 años, Karina Vidal Espinoza, hija de Alicia Espinoza, ha visto la contaminación del río, el lago, los pastos y la muerte de animales. La coloración del agua se torna a veces de un rojo intenso, nos cuenta. Ella ha pedido ayuda al Gobierno Regional de Pasco, la Autoridad Nacional del Agua (ANA), ministros y congresistas, pero no ha obtenido respuesta, mientras la contaminación sigue perjudicando a los ganaderos de las comunidades de Vicco, Upamayo y Pari.

“Este río entra a la laguna, todo el contorno del lago Chinchaycocha hemos sido olvidados, desde que vivo aquí no hay solución (...). Los ganaderos estamos siempre con miedo. Yo quisiera que el gobierno regional, los congresistas vengan, que se ensucien los zapatos para que vean”, pide Karina Vidal.

Este fue un bebedero para humanos y animales que ahora es inservible, luego de ser inundado por las aguas contaminadas del río San Juan. Foto: Javier Ninanya

Anna Heikkinen, investigadora en desarrollo global de la Universidad de Helsinki (Finlandia), declaró para este informe que, “las personas en situación de pobreza o extrema pobreza son las más afectadas por la contaminación de fuentes de agua por la minería, debido a que estas dependen de determinados lagos, lagunas o ríos para cultivar sus alimentos y cuidar a sus animales (llamas, vicuñas, ovejas, alpacas o vacas). Al perderse estas fuentes de agua, se pierden también sus medios de vida”. Heikkinen ha realizado numerosos estudios sobre la contaminación minera en cabeceras de cuenca.

Con una extensión de 53 mil hectáreas, el lago Chinchaycocha, reconocido como sitio Ramsar, es la segunda fuente de agua dulce más grande en el Perú después del Titicaca. En sus aguas habita una gran diversidad de especies, entre ellas dos endémicas, el ave zambullidor (Podiceps taczanowski) y la rana gigante de Junín (Telmatobius macrostomus), ambas categorizadas en peligro de extinción por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).

“El lago Chinchaycocha es un bofedal enorme con capacidad de almacenamiento y regulación hídrica, fundamental para que los valles del Mantaro tengan agua todo el año”, asegura el biólogo Alan Chamorro, de Ecosistemas Andinos (ECOAN).

En este informe se identificaron los factores de riesgo del lago: la presencia de pasivos mineros; el vertimiento de aguas residuales mineras, provenientes en su mayoría de Pasco; la represa de Upamayo, que retiene partículas de metales pesados arrojados al río San Juan y que van a parar al lago a través del embalse, el traslado de minerales; así como la descarga de aguas residuales urbanas, las del penal de Cochamarca y la sobreexplotación de recursos.

La minería como principal factor de la contaminación

La contaminación del lago Chinchaycocha empeoró tras la construcción de la represa de Upamayo, en 1936, ubicada entre los distritos de Ondores (Junín) y Vicco (Pasco). La represa se edificó con fines hidroeléctricos, pero debido al embalse ocasiona la inundación de pastizales con aguas residuales mineras que vienen desde la región Pasco a través de ríos tributarios.

Minería vierte sus relaves mineros al riachuelo que pronto desembocará en el Lago Chinchaycocha luego de juntarse con otros ríos. Foto: Javier Ninanya

El biólogo Alan Chamorro, de Ecosistemas Andinos (ECOAN), explica que la contaminación del lago Chinchaycocha se concentra en el norte (en el límite con la región Pasco), donde hay una importante actividad minera. Aquello fue determinado luego de tomar muestras de sedimentos en seis puntos, que revelaron la existencia de metales como el arsénico, cadmio, plomo, cobre, zinc y mercurio que exceden los lineamientos de la calidad del suelo para la normativa canadiense.

Para esta investigación, este medio realizó un análisis geográfico que superpuso capas de información georreferenciadas de concesiones mineras activas, pasivos ambientales mineros y cuerpos de agua importantes como el lago Chinchaycocha y el río San Juan.

Lo que encontramos fue que, a 20 kilómetros del lago, hay 44 concesiones mineras. Las que tienen relación con esta fuente de agua son la Empresa Administradora Cerro SAC, Óxidos de Pasco SAC, Sociedad Minera el Brocal SAA, Corporación Minera Centauro SAC, Nexa Resource Atacocha SAA, pertenecientes a la mediana y gran minería que tienen concesiones activas, según el Plan de Manejo Ambiental Sostenible del Chinchaycocha 2022-2026.

El portal del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) precisa que la Empresa Administradora Cerro SAC –que extrae cobre, níquel, plomo y zinc– tiene 65 infracciones; Óxidos de Pasco SAC, que extrae oro y plata, 26; Sociedad Minera el Brocal, que extrae plata, plomo, zinc y cobre, 110; Corporación minera Centauro SAC, dedicado a la extracción de oro, 31; Nexa Resource Atacocha SAA que extrae zinc, plomo y cobre (151), estas acumuladas desde 2011 hasta 2021.

Según el último Inventario de Pasivos Ambientales Mineros del Ministerio de Energía y Minas, publicado en septiembre de 2024, Servindi identificó 48 pasivos ambientales mineros en los distritos de Vicco, Ninacaca, Carhuamayo, Junín y Ondores. Estos territorios tienen directa influencia del lago Chinchaycocha.


Según el análisis geográfico de Servindi, 41 de los 48 pasivos se encuentran en un radio de hasta 20 kilómetros del lago. Estos albergan residuos mineros, como relaves, desmontes mineros y bocaminas, entre otros. En ninguno de los casos se ha podido identificar quién generó estos pasivos y solo en dos de los 41 casos se ha adjudicado su resolución a Activos Mineros S.A.C.

La bióloga especialista en salud ambiental y humana Karem Luque dijo a Servindi que, “la contaminación resulta muy activa en un pasivo ambiental debido a que mientras no se ha rehabilitado o cerrado con pertinencia seguirá contaminando”, a través de lluvias o vientos intensos que pueden desprender partículas contaminantes y expandirlas en el ambiente.

El lago Chinchaycocha pertenece a la cuenca hidrográfica del Mantaro que tiene como ríos tributarios a San Juan –cercano a operaciones mineras que se realizan en Pasco– Ragra y Upamayo. Estudios realizados por la Autoridad Nacional del Agua muestran la existencia de metales pesados en estos ríos que sobrepasan los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) como plomo, cobre, zinc, arsénico y mercurio.

La microcuenca del río Ragra, tiene dos divisiones: la de la margen izquierda y la de la margen derecha. La primera está contaminada por aguas residuales urbanas y la segunda por aguas residuales mineras. Ambas se unen y alimentan al río San Juan a la altura de la comunidad campesina de Quiulacocha. Este río, según un informe del Organismo de Fiscalización Ambiental (OEFA), tiene 10 efluentes y pasivos que tienen como responsable de solucionar estos desechos a la Empresa Administradora Cerro S.A.C, Óxidos de Pasco S.A.C, Activos Mineros S.A.C, Aurex S.A.C y otros.


Río Ragra uno de los tributarios del río San Juan que irá a parar al lago Chinchaycocha es contaminado con vertimiento de aguas residuales y mineras. Foto: Javier Ninanya

El informe de OEFA precisa que, hasta noviembre de 2023, distintas empresas han operado en el río Ragra, y si bien algunos se encuentran en remediación como el depósito de desmontes Excélsior, hay pasivos como el depósito de relaves Quiulacocha que no cuentan con plan de cierre y remediación. Además, OEFA señala que las empresas mineras Óxidos de Pasco S.A.C. y la Empresa Administradora Cerro S.A.C., ambas de Compañía Minera Volcan S.A.A, también operan a lo largo del río Ragra.

En febrero de 2023, el Ministerio del Ambiente aprobó el Plan de acción multisectorial de la cuenca del río Ragra al 2027, mediante Decreto Supremo N°002-2023 MINAM, con la finalidad de identificar, proponer y ejecutar acciones para controlar los impactos ambientales provenientes de actividades extractivas, productivas y de la propia población que ya está en ejecución.

“En el río San Juan, empieza la muerte lenta de nuestro lago. Los relaves y aguas ácidas, que vienen desde las empresas mineras de Pasco, lo vierten en el río Ragra que se une con el río San Juan, y trae todas esas aguas rojas, todo ese mineral y en época de embalse ingresa directo al lago”, describe Delcy Uscuchagua, presidenta del Comité de Vigilancia Ambiental Comunal del lago Chinchaycocha.

La Autoridad Local del Agua (ALA) de Pasco identificó entre 2018 y 2023 en este río, principal tributario del lago Chinchaycocha, metales inorgánicos como cobre, zinc, plomo, mercurio y arsénico que sobrepasaron el ECA establecido, que afectan a la conservación de lagos, lagunas y ríos. Lo mismo sucede en el delta Upamayo con la presencia de plomo, cobre, zinc, arsénico, mercurio y cadmio.

Asimismo, el informe realizado en 2018 encontró que el mercurio, plomo, zinc excedían el ECA para lagos y ríos en el lago Chinchaycocha, en la zona frente a la comunidad de Vicco. Mientras, en los monitoreos de 2022 se encontró zinc, plomo, y en el 2023 se halló mercurio, según los informes proporcionados por ANA en función a una solicitud de acceso a la información hecha para este reportaje.

La afectación a la biodiversidad en el lago

Para la bióloga Karem Luque, esta contaminación por metales pesados afecta a dos tipos de población: a especies de peces, anfibios o plantas acuáticas, que reducirán su población, modificarán su distribución y reproducción; y a las personas que se alimentan de sus aguas, en las que puede causar daños irreversibles como cáncer, enfermedades neurológicas, digestivas o respiratorias, las que no reciben un tratamiento adecuado.

“Deberíamos hacer análisis en sedimentos, no contamos con una política como tal para medir dichos estándares, pero es importante”, dijo Karem Luque para este reportaje. “La medición del agua superficial no refleja la cantidad acumulada de los incidentes (vertimientos) que se han dado. Podemos medir el incidente en el mismo momento, pero no podemos medir su bioacumulación”, agregó.

En el lago habitan decenas de especies de aves y anfibios que corren peligro por la contaminación. Foto: Javier Ninanya

Si bien en los estudios realizados por ANA también hay presencia de otros organismos contaminantes provenientes de aguas residuales, para el biólogo Alan Chamorro, de ECOAN, que trabaja en la conservación de especies y bofedales en Junín, el vertimiento de aguas residuales y la crianza de animales contribuye a la contaminación del lago, pero no se compara a la letalidad de la contaminación que genera los metales pesados.

“Cuando hay grandes concentraciones de estos metales pueden empezar a generar daños a las estructuras de cualquier ente biológico (...). El plomo en humanos puede llevar procesos de cáncer o muerte. Lo mismo sucede con los animales, irán acumulando en sus organismos estos componentes, posteriormente estos animales pueden ser ingeridos con los metales pesados dentro, como el metal sigue presente, el consumidor final también los irá acumulando” explicó.

Ovejas y vacas de propiedad de Gliceria Anco mueren repentinamente tras consumir pastos y el agua contaminada. Foto: Javier Ninanya

Por su parte, la bióloga Karem Luque resaltó la necesidad de crear una planta de tratamiento para aguas con metales pesados que sea accesible a las comunidades donde se encuentran las operaciones mineras, pues a diferencia de las aguas residuales y los daños que puede ocasionar el sobrepastoreo en determinadas zonas, el uso del agua y suelo se puede recuperar a partir de plantas de tratamiento, lo que no sucede con los metales pesados.

¿Qué están haciendo las autoridades al respecto?

En julio de 2022, se aprobó mediante la Resolución Suprema N°014-2022 del Ministerio del Ambiente el Plan de Manejo Ambiental Sostenible Chinchaycocha 2022-2026 solicitada por el Comité de Gestión Ambiental del Lago Chinchaycocha, que tiene como principal objetivo evaluar y controlar el impacto ambiental de actividades mineras, residuos municipales y no municipales con la finalidad de revertir la contaminación y deterioro de esta fuente de agua.

En este documento se establece como objetivos específicos fortalecer la institucionalidad para desarrollar el plan; remediar las áreas degradadas por residuos sólidos, domésticos y efluentes; mejorar el saneamiento en zonas críticas del lago Chinchaycocha, así como mejorar la gestión ambiental y los impactos de las operaciones de embalse y desembalse, y promover la conservación del ecosistema del lago.

El plan involucra a distintas organizaciones entre ellas ANA, Ministerio de Energía y Minas, los gobiernos regionales de Junín y Pasco, la Defensoría del Pueblo, la Presidencia de Consejo de Ministros, los municipios distritales afectados, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, empresas de gran y mediana minería, así como pequeña minería, minería artesanal, empresas eléctricas y otros.


Comité de Vigilancia del Lago Chinchaycocha anuncia paro macroregional por contaminación y acciones de ANA que pretenden seguir con el embalse. Foto: Javier Ninanya

Con respecto al nivel regional, Delcy Uscuchagua informó a este medio que si bien la presidencia del plan está en manos del Gobierno Regional de Junín (GRJ) y la secretaria técnica en el Gobierno Regional de Pasco, el trabajo de ambas entidades es deficiente, en especial del GRJ, pues no cumple activamente con las reuniones programadas. Ninguno de los dos le da seguimiento al cumplimiento de compromisos que se realizan ni con gestionar la instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales de los cinco distritos cercanos al lago. Servindi intentó ponerse en contacto con el gobernador de Junín y el gerente de Recursos Naturales, pero no obtuvo respuesta.

“Estaré enferma, contaminada quizá ya, porque los carneros ya es fijo que van a morir (...). Para nosotros no hay ayuda, para nosotros no hay justicia, pero el Congreso, bien comido. Nosotros a la plenaria vamos sin comer, tomando solo agua, pero no hay justicia nunca”, lamenta Gliceria Anco. Ella cuenta que sus padres murieron esperando una solución a la contaminación, como los familiares de otros comuneros con los que dialogamos en Junín y Pasco, pero que no autorizaron salir en este reportaje.

Respecto al embalse y desembalse, actualmente, ANA realiza el estudio topográfico y batimétrico del lago, función técnica que está a cargo del ingeniero Vidal Lolo Aurazo. En entrevista con Servindi, indicó que si bien la demora en el desarrollo de este estudio generó molestia en la población afectada, se tratará de ejecutar entre abril y mayo de 2025, para que posteriormente de paso al estudio hidrológico del lago para determinar la cota de embalse de la presa.

El Comité de Vigilancia Ambiental del lago Chinchaycocha anunció que el 8 de diciembre realizarán una protesta macro regional para denunciar la contaminación del lago Chinchaycocha y la cabecera de cuenca del río Mantaro. Ellos también rechazan la intención de la ANA de renovar la resolución que autoriza el embalse del lago por un nuevo plazo de un año a pesar de que éste afecta severamente a los ganaderos inundando los pastizales con aguas contaminadas por desechos tóxicos de la minería y urbanos.

En el país, hasta octubre de este año se reportaron un total de 248 conflictos sociales, 108 de ellos de tipo socioambiental, siendo el más numeroso a nivel nacional. De todos estos casos, el 31,1% está vinculado a la minería, según el reporte informativo de la Defensoría del Pueblo. Aunque el conflicto por la contaminación del lago y ríos que comparten las regiones de Junín y Pasco aún no se ha reportado, es un problema latente que sobrepasa varias decenas de años.

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Esta investigación fue elaborada con el respaldo del FOREC - Foro de Reporteras y Reporteros en Conexión, en alianza con IDEA Internacional. Vanessa Romo hizo el acompañamiento editorial, y Jonathan Castro la coordinación general.

Los contenidos de este reportaje son responsabilidad de los periodistas y entrevistados y no necesariamente reflejan el punto de vista o posición de IDEA Internacional.