Han pasado dos semanas desde la realización de la 14° Reunión Anual del Grupo de Trabajo de Gobernadores sobre Clima y Bosques (GCF Task Force). La reunión tuvo lugar en la ciudad de Pucallpa, en Ucayali, cuyo Gobernador Regional, Manuel Gambini, preside la organización. Entre los centenares de participantes asistieron representantes de 43 estados miembros y provincias que abarcan más de un tercio de los bosques tropicales del mundo.
El Gobierno Regional de Ucayali, junto al Grupo Perú de Organizaciones Indígenas (AIDESEP, ANECAP y CONAP), organizaron una jornada de ceremonias, paneles y reconocimientos a las contribuciones esenciales de los pueblos indígenas a la protección de los bosques tropicales y la construcción de lo que se ha llamado la Nueva Economía Forestal.
Detalles que dicen mucho
En esta reunión se realizó una sesión llamada Reconocimiento a la Contribución de los Pueblos Indígenas a la Nueva Economía Forestal, a la cual se le dedicó un día completo del evento.
Además de problemas en la organización de la agenda, casi normales en este tipo de eventos, destacaron dos hechos. La Organización Indígena Regional AIDESEP Ucayali (ORAU), fue una de las últimas en poder intervenir, con un tiempo limitadísimo. Jamer López Agustin, Presidente del Consejo Directivo de ORAU debió esperar casi hasta las 7:00pm para poder realizar una exposición ante un público que apenas llegaba al medio centenar de personas. Por otro lado, fue notoria la ausencia de ONAMIAP, una organización femenina que destaca en el quehacer indígena del país y que también promueve emprendimientos económicos.
Sin embargo, a pesar de ello, las organizaciones y representantes de emprendimientos indígenas participantes no dudaron en agradecer la oportunidad de presentar sus avances, y en varias oportunidades hicieron entrega de presentes al Gobernador Gambini y a algunos representantes del Comité Organizador.
Coronas, collares, pecheras y productos provenientes de los emprendimientos indígenas se lucieron en el escenario del auditorio de la Universidad Nacional de Ucayali. Fuera del auditorio, diversos comités de productores expusieron también sus productos a los asistentes.
Sin duda, un detalle simpático de la reunión, pero que no compensó la limitada participación de los líderes indígenas de Ucayali ante Manuel Gambini, quien al menos en dos oportunidades previas dejó plantados a líderes indígenas en reuniones pactadas y reconfirmadas.
Días antes de la reunión de gobernadores por el clima, una comisión de líderes indígenas de Yurúa, y Brasil, que viajaron hasta Pucallpa para tener una entrevista con él y entregarle un plan de desarrollo para sus territorios, no fueron recibidos a pesar de haber confirmado en tres oportunidades la fecha y hora de la reunión.
En otra oportunidad, la sesión descentralizada de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos y Ecología del Congreso de la República citó también a Gambini, quien no asistió enviando solamente al Gerente de Desarrollo de Pueblos Indígenas, quien desafortunadamente no pudo responder las preguntas y pedidos que se realizaron en la sesión.
Un Plan sin Condiciones
Como evento al final de la reunión anual, se presentó el Plan para la Nueva Economía Forestal, un plan concebido para reformar las actividades que se realizan en las zonas forestales del mundo. Como indica el documento de plantilla para el plan:
“Sin una Nueva Economía Forestal -que proteja los bosques intactos, restaure las tierras degradadas y cree puestos de trabajo y oportunidades económicas para los millones de personas que viven en estos bosques- los bosques tropicales del mundo no sobrevivirán y regiones enteras se enfrentarán a un colapso ecológico. Sabemos que las medidas de mando y control a corto plazo pueden frenar la deforestación. Pero también sabemos que estas medidas por sí solas nunca conducirán a la transformación económica a largo plazo que es esencial para resolver los problemas de la deforestación tropical y el cambio climático. Al igual que la transición hacia una energía limpia, la construcción de una Nueva Economía Forestal requiere un compromiso sostenido para crear industrias totalmente nuevas que generen los puestos de trabajo y las oportunidades económicas que nuestra gente necesita y merece. Se trata de un reto de inversión. Pero también es un reto de planificación y coordinación, y un reto de innovación e imaginación. No hay soluciones milagrosas, ni un único enfoque pantropical que pueda aplicarse y reproducirse en todas partes. Nuestras regiones son muy diferentes.”
El plan se basa en cuatro pilares, que son el establecimiento de iniciativas de bioeconomía rentable, la protección de la infraestructura natural, la restauración de áreas degradadas y la intensificación de la producción actual, sin que esta afecte los ecosistemas naturales.
Sin embargo, como indicaba la forzosamente apresurada presentación de ORAU, a cargo de Jamer López, las condiciones para el establecimiento de esta nueva economía forestal, no tiene las condiciones necesarias para su implementación en el país, especialmente en Ucayali. La presentación del Presidente de ORAU apuntó hacia las condiciones mínimas necesarias para una nueva economía. “No pedimos nada que ningún otro empresario necesite para poder invertir, para desarrollar un negocio, para trabajar en paz. Queremos seguridad, titulación, respeto a nuestros derechos”, sostuvo el líder. Los puntos que recalcó en la presentación fueron:
Reactivar el Grupo Trabajo de Pueblos Indígenas, la Comisión de Gestión Intercultural Indígena Amazónica.
Revisar lo planteado en la Estrategia de Desarrollo Rural Bajo en Emisiones y dar seguimiento a sus propuestas.
Promover políticas públicas de desarrollo, proyectos de infraestructura, de producción, alternativas económicas, respetando e incluyendo lo señalado en los planes de vidas como herramienta de planificación de las comunidades nativas y/o pueblos indígena amazónicos con la participación activa de sus organizaciones representativas en el diseño, planificación y ejecución de estos proyectos en la Región Ucayali.
Contar con la seguridad territorial a través de titulación y georreferenciación de las comunidades nativas. También una investigación y sanción efectiva a las mafias de tráfico de tierras que aún operan en el GOREU.
Que se instale un grupo de trabajo técnico con amplia participación de las organizaciones indígenas para la elaboración de un plan amazónico de conectividad multimodal que atienda un enfoque de desarrollo integral.
Implementar el control territorial indígena, con soporte del Estado, para afrontar problemas como el desbosque ilegal, el cambio de uso de los suelos, el tráfico de tierras, el narcotráfico y otras actividades ilegales.
Promover la protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial (PIACI) frente a proyectos que vulneren su existencia.
En el marco del evento de promoción de lotes petroleros, se garantice la participación activa y efectiva de nuestras comunidades indígenas, así como de las organizaciones indígenas.
Respeto pleno al derecho a la consulta previa, libre e informada. No, únicamente, bajo los criterios del Estado, sino también incorporar las propuestas de protocolos propios de los pueblos indígenas para una consulta previa efectiva.
Los pedidos de ORAU bien podrían haber iniciado la sesión, ya que dan el marco para saber cuáles son las preocupaciones de los pueblos indígenas y sus necesidades para poder adherirse a un esfuerzo enorme como el planteado por el GCF Task Force. Pero, para tener un sincero compromiso desde los gobiernos regionales, como el de Ucayali, Loreto o el de Huánuco, es necesario que los anuncios grandilocuentes, las promesas esperanzadoras y grandes actos públicos se transformen en acciones concretas.
El Gobierno Regional de Ucayali continua promoviendo una carretera, la UC-105, que solo favorece a las economías ilegales y no da cuenta concreta del uso de fondos de proyectos para la conservación del Área de Conservación Imiría; la voluntad política para combatir la minería ilegal del GORE Loreto no se refleja en acciones concretas y presupuesto para las instituciones a cargo, obviamente, también tiene carreteras sin mayor sustento en cartera. En Loreto, la carretera Mazan - El Estrecho es más que un despropósito que vulnera todo tipo de derechos. El Gobernador de Loreto, René Chávez, no pudo asistir a la reunión a pesar de su importancia para su región.
En el distrito de Puerto Inca, Huánuco, hoy 22 de octubre, la Federación de Comunidades Nativas de Puerto Inca - FECONAPIA tuvo que tomar acciones de fuerza tomando el municipio para forzar a las autoridades ediles y regionales para que respeten sus derechos.
El desencanto de numerosos asistentes se ha expresado en conversaciones fuera de los eventos y dentro del mismo. Guillermo Ñaco, líder indígena residente en Atalaya, resumió parte de la sensación general en su corta intervención: “Siete horas esperando para hablar tres minutos”.
Representantes de las bases de ORAU manifiestan también que, luego de dos semanas, el Gobernador ha vuelto a olvidar sus promesas y no hay ningún espacio de diálogo o iniciativa de convocar a las organizaciones para siquiera buscar la colaboración en las acciones prometidas en la reunión. El anuncio de un gran esfuerzo para la titulación de las comunidades nativas hasta ahora solo ha quedado en el discurso.
Eventos como los que se organizan ahora por todo el mundo (la COP de Diversidad en Calí, Colombia, por ejemplo), son espacios donde la capacidad de diálogo se pone a prueba y en Ucayali, eso ha quedado patente. Pero estos espacios seguirán siendo inútiles ante los ojos de los pobladores de la Amazonía, especialmente para los indígenas, si el cambio que anuncian alegremente los políticos no se refleja en un mínimo de respeto al derecho a exponer sus problemas para de una vez por todas salir del discurso hacia la acción.