El impacto de los incendios forestales en el país sigue siendo noticia. Desde varias partes de la Amazonía se reciben noticias de los efectos devastadores que tienen los fuegos en las chacras, en los bosques y en general, en la vida de la gente.
Desde Ucayali, una de las regiones más golpeadas por los fuegos luego de Amazonas, los líderes comunales cuentan la tragedia que viven ahora.
En otras zonas cercanas a Contamana en Loreto, como el río Pisqui, los líderes comunales señalan la pérdida de decenas de hectáreas de cultivos que sostenían la alimentación local. Estamos hablando de miles de plantas de yuca, plátano y otros cultivos que han sido arrasadas por los fuegos. Representantes de la Federación de Comunidades Indígenas del Río Pisqui – FECOIRP señalaron también la presunta corresponsabilidad de estos fuegos a madereros que están abriendo espacio en la parte alta de la cuenca, habilitando espacios para invasiones muy cercanas al Parque Nacional Cordillera Azul.
De comprobarse estos hechos, aumentarían los indicios del aprovechamiento de la llamada Ley Antiforestal (Ley 31973), promulgada por insistencia del Congreso cuando era presidido por Alejandro Soto, por parte de traficantes de tierras y madereros inescrupulosos que ven en esta norma un incentivo para la ocupación ilegal de tierras forestales.