Lejos de ser un autoreconocimiento, es necesario decir que el periodismo ambiental es un oficio cada vez más importante y difícil de ejercer, en un mundo que se acerca a una crisis sin precedentes.
La importancia del periodismo ambiental es cada vez mayor. A pesar de la visión romántica e ingenua de algunos críticos o incluso de estudiantes, el periodismo ambiental es una rama del periodismo que día a día está enfrentando y poniendo en relieve las causas raíz de las tragedias que está afrontando la humanidad.
Las olas de calor y los incendios forestales, las sequías y las lluvias intensas, el crecimiento del narcotráfico, la minería ilegal y la deforestación rampante, la contaminación de aguas y suelos por empresas y ciudades, la trágica violación de los derechos de los pueblos indígenas y de los derechos humanos en general, todo ello es abordado por el periodista ambiental. Las guerras por recursos que ocultan disputas nacionalistas e intereses mega corporativos, el origen de las enfermedades nunca antes conocidas, la aparición de plagas que antes se mantenían solo en ciertas latitudes y que ahora rebasan sus límites naturales, el poder, el gran poder de personajes y empresas que anteponen sus intereses a los de la sociedad, local y mundial, todo eso es investigado por el periodismo ambiental.
En varias ocasiones he tenido largas charlas con jóvenes que idealizan el periodismo ambiental como algo romántico y aventurero (de hecho algo de cierto hay en eso), y piensan que está más vinculado a mostrar la belleza de los paisajes, la flora y la fauna. Obvio, es una parte del oficio, pero está lejos de ser su principal preocupación. Apoyar a preservarlos y denunciar las causas de su desaparición, manteniendo una visión objetiva y profunda de los motivos subyacentes es realmente motivo de reveladoras investigaciones. El periodismo ambiental también investiga el poder y lo confronta.
Media docena de periodistas peruanos se encuentran amenazados y se suman a la larga lista de colegas en todo el mundo que enfrentan a diario los peligros de investigar el poder detrás de la crisis ambiental mundial. En todo el mundo, periodistas son amenazados, coaccionados, encarcelados y, en los casos más terribles, asesinados.
Es por ello que cada vez con más frecuencia entidades privadas y estatales del mundo están reforzando la formación de periodistas con técnicas de seguridad digital, seguridad física y psicológica, técnicas de investigación y una actualización en el uso de herramientas digitales. Connectas, Internews, IWPR, Pulitzer Center, el Knight Center, entre otros, están comprometidos en este esfuerzo.
Hace unas semanas, La Voz de América desarrolló en Lima, con participación de de 30 periodistas de todo el país, el Seminario de Especialización en Delitos Ambientales con Enfoque de Periodismo Móvil Digital. El taller fue organizado por la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales (USAGM), La Voz de América (VOA) y la Embajada de Estados Unidos en Perú.
El evento, organizado por Iscar Blanco, director de la Oficina de Marketing y Capacitaciones de USAGM, buscó especializar a los periodistas en el uso de nuevas tecnologías para detectar, investigar y denunciar periodísticamente los diferentes delitos ambientales. El Procurador Adjunto del Ministerio de Energía y Minas, especializado en materia ambiental, Danilo Espinoza, explicó magistralmente la temática de los delitos ambientales.
El taller contó con expertos internacionales como Stephanie Martinez de La Voz de América, para explicar el uso de los teléfonos en investigaciones ambientales. Oscar René Rincón, director de la radio pública colombiana del Norte de Santander, Norte Stereo, fue invitado como conferencista académico y explicó cómo la radio logra conectar y ayudar a los periodistas ambientales a denunciar los delitos a través de redes sociales y la radio. El organizador del taller, Iscar Blanco, explicó temas como el manejo de las audiencias y seguridad para los periodistas.
Empresas, individuos, grupos económicos de alcance internacional, incluso Estados, promueven o practican, de manera frecuentemente impune, acciones que atentan contra nosotros, contra el planeta. Es labor del periodismo ambiental investigar esas fuerzas, esos intereses, esos atentados contra la sociedad, al nivel local, nacional o mundial. Las herramientas con la que cuentan ahora los periodistas son cada vez más potentes, pero también lo es el arsenal de maniobras que atentan contra la verdad, contra la seguridad y contra la vida de nosotros, los periodistas ambientales.
Iniciativas como la de La Voz de América son cada vez más urgentes y necesarias en un mundo que se va llenando de negacionistas del cambio climático, donde la mentira se viste de verdad y donde quienes ostentan el poder se ocultan del escrutinio público para lucrar con la destrucción y la miseria de los pueblos.